Perder un diente es algo más que estar feo o guapo
Las consecuencias de perder un diente van más allá de una simple cuestión estética.
Quedarse sin una pieza no significa solamente estar más feo o más guapo, sino que se trata de una situación que acarrea una serie de problemas que hay que atajar lo antes posible para evitar daños más graves.
Desarrollar una correcta higiene oral es más complicado cuando falta un diente. Para empezar, el hueco abierto va a favorecer la acumulación de restos en los espacios interdentales y con ello la posibilidad de padecer patologías periodontales como gingivitis y periodontitis.
Para continuar, será más fácil que se forme sarro, una circunstancia que puede derivar en la aparición de caries.
Perder dientes alienta también el desgaste de otras piezas que permanecen en la boca. Esto ocurre porque la tendencia de quien se ha quedado sin alguna pieza es masticar por una determinada parte que, inevitablemente, será la que soporte una mayor presión y un mayor deterioro.
Es fácil, además, que las piezas que se encuentran junto al espacio vacío que ha dejado la que se ha perdido se desplacen e inclinen en busca de contacto con otras.
Recuperar la mordida
Evitar todas estas posibilidades es muy importante porque si no se les pone freno a tiempo se irán agravando, en mayor o menor medida.
Por todo ello, en el caso de que se pierda alguna pieza dental hay que acudir lo antes posible al odontólogo para que indique cual es el mejor tratamiento a la hora de reponer la pieza perdida.
Determinará también la necesidad de restaurar la mordida, en el caso de que el desplazamiento de otros dientes lo hagan necesario, e incluso la práctica de endodoncias en los que más se hayan movido.
Dientes de leche que se rompen
A muchos padres les surge la duda de qué hacer cuando sus hijos pierden un diente de leche o parte del mismo por una caída, un golpe o cualquier otro impacto. Si eso ocurre hay que acudir al dentista lo antes posible para que examine el alcance del daño producido y determine si es necesario aplicar algún tratamiento que evite problemas en los tejidos tanto duros como blandos de la boca.
El daño que se produce en los dientes pequeños puede afectar al crecimiento del definitivo, de manera que hay que poner remedio a tiempo.
En el caso de encontrar la pieza que se ha roto o parte de la misma no hay que dudar en cogerla y conservarla en la propia saliva o en leche. No es ninguna tontería, ya que es la manera de que pueda servir para regenerar el diente fracturado de una forma natural.